miércoles, 23 de noviembre de 2011

Soy una NO conocedora... que lo disfruta!

“En la derrota lo necesitamos y en la victoria lo merecemos”

Napoleón Bonaparte

¿Cómo justifico este Blog, si yo jamás me preparé de manera profesional o académica acerca del mundo de los vinos?

Nací en Venezuela, entre las montañas del Ávila. Hasta mi adolescencia, lo más cercano al vino era aquel  preparado de la tía Isabel, una especie de oporto mezclado con miel y berros, que ayudaba al cerebro según decía mi madre, pero que igual  sólo se podía probar una vez al año, en septiembre justo con el inicio de clases. Jovencita viví en Chile, donde  estudié por algunos años, los viñedos abundaban alrededor de la ciudad, sin embargo,  mi gusto por el vino no despertaba; pese a ser el invitado indispensable en todas las reuniones con mis amigos, me conformaba con “tragar” una o dos copas para que mis compañeros me dejaran en paz.

Años más tarde, una temeraria aventura editorial me llevó a investigar y escribir sobre este mundo, pues me tocó desempeñarme como editora  de una revista dedicada al mundo de los licores, cuya principal sección hablaba de vinos. Era tal mi ignorancia, que evitaba entrevistar a los personajes importantes de este mundo. Presenciaba todas las catas y degustaciones, pero enviaba mis preguntas vía Internet, las cuales  elaboraba junto a  un amigo que nada sabía de entrevistas pero si mucho de vinos.

Me veía obligada aprender, pero las guías y los libros de expertos me aburrían, esa cantidad de términos técnicos me confundían. Así que diseñé mi propio método: comencé a leer las botellas en el supermercado; con calma y sin presiones recorría los anaqueles anónimamente hasta elegir alguno para llevarlo a casa. Con el ánimo de una niña exploradora lo abría (eso también se aprende) y lo saboreaba, sin testigos, sin expertos, a medida que lo saboreaba anotaba en un pequeño cuaderno mis impresiones, generalmente muy distintas a eso que prometía la etiqueta, en aquellas notas  procuraba además describir el momento, el ambiente, mi estado de ánimo y cada sensación que provocaba  el vino en mi nariz y en mi boca.

La elección de la botella de la semana se convertía en una deliciosa meta, la elegía cuidadosamente, explorando entre los tintos, los blancos y los rosados, diferentes marcas, uvas y características. Con el transcurrir del tiempo, conforme se enteraban de lo que estaba haciendo, algunos amigos se  acercaban a probar “mi botella”, unos me llamaban para hacer sugerencias acerca de que podía probar esa semana y otros simplemente se acercaban sólo para leer mis “cuadernos de vinos”, como le llamaban algunos, cuadernos que a lo largo de los años se convertían en volúmenes preñados de emociones, de recuerdos y de los trozos mal pegados de etiquetas incompletas.

Mi dedicación fanática a la elección semanal de esa botella, se convirtió en un ritual. Al supermercado, se le sumaron los bodegones y con el tiempo los restaurantes, ya no me daba miedo pedirle  al mesonero con voz segura: “Señor, me trae la carta de vinos por favor”. Fue así como mis sentidos se agudizaron para apreciar el regalo infinito de esta bebida milenaria, esta mezcla única de naturaleza, técnica y artesanía.

Con los años mis cuadernos se han extraviado, probablemente reposen en las cocinas de los buenos amigos, cumpliendo su función: mostrar etiquetas y descubrir mis secretos. Esta fue mi experiencia, ahora es mi motivo para crear esta publicación y compartir una manera particular de vivir el vino, llena de  sencillez, curiosidad y deleite.

Esta es la versión On line de la segunda edición de “Vino para no conocedores”. Tengo la fortuna y el privilegio de estar rodeada de un equipo de personas, quienes además de ser talentosos profesionales de la fotografía, el diseño y la producción editorial, viven la pasión por el vino; juntos pudimos darle forma a esta guía y manual práctico en forma de semanario, que nace de mi experiencia y que aspira a ser la herramienta básica de un acercamiento armónico y sensorial a este subjetivo universo de colores, aromas y sabores.

Para disfrutar el vino, el primer paso es comprenderlo, apreciar la complejidad de su proceso y  la inmensidad de su historia, desde “Vino para No conocedores”  exploramos  las  técnicas milenarias más importantes y el conocimiento primordial para iniciar el viaje al mundo del vino, una travesía llena de sabiduría y misterio,  donde la magia y la realidad se mezclan para extraer de esa peculiar planta que es la vid, aromas, sabores y texturas inolvidables.

Conocer las características del vino, apreciarlas y opinar con seguridad, dependerá de la atención y la concentración a la hora de probarlo, así una simple mezcla puede tornarse en un frenesí de sensaciones gratas. Por ello, es importante  indagar  profundamente en las sensaciones particulares, ya que agudizando tus sentidos lograrás identificar las diferencias apreciadas por la vista, el olfato y el gusto, mientras  disfrutas de  esa sinfonía de aromas y sabores.

Cada individuo tiene derecho a experimentar una relación personal con la bebida más antigua del mundo. La misma que acompañó al hombre en sus victorias, derrotas, tristezas y alegrías. A través de este semanario, que además puede servirte de Bitácora, podrás llevar un registro de tus experiencias y, en este sentido, lograrás aprender y disfrutar un poco más de esta extraordinaria bebida que encierra en sus aromas la historia de la humanidad.

A tu salud!


                                                                                                                                          Mariby Pérez López


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