El hombre debe al vino, ser el único animal que bebe sin sed.
Plinio. Escritor latino, científico y naturalista
(Grecia, 0023 - 0079)
Existen más de 15.000 variedades de uvas o cepas. Pero todas ellas proceden de la evolución secular de una sola especie de vid útil para la vinificación sobre la tierra: Vitis vinífera.
Pese a esta gran variedad de uvas, sólo unas pocas pueden transformarse en vinos de calidad. Por ello, los agrónomos con especialidad en enología son las personas más indicadas para mantener y desarrollar las uvas o cepas que pueden evolucionar en el tiempo, y generar aromas extraordinarios en el paladar.
Guillermo Vargas, enólogo venezolano y agrónomo especializado en viticultura comenta que “las cepas existentes en la actualidad tienen entre dos mil y tres mil años de antigüedad. Sin embargo, con el tiempo, los seres humanos desarrollaron métodos y técnicas que han permitido adaptar mejor estas cepas a los suelos, climas y paladares contemporáneos”.
Foto Carlos Gawronski/Producción Esther Mendoza La Vitis vinífera, que es la uva utilizada en la elaboración de vinos, presenta un alto grado de taninos (compuestos astringentes y amargos) en su hollejo y semillas, además de una gran concentración de azúcares, mientras que la uva de mesa presenta una baja acidez y es pobre en azúcares. A simple vista, gracias a sus tamaños, es fácil diferenciarlas, ya que la uva de mesa es de mayor tamaño.
Mariby Pérez López
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