El amor es como el vino, y como el vino también, a unos reconforta y a otros destroza.
Stefan Sweig, revolucionario escritor austríaco
(Viena, 1881 - Brasil, 1942)
Producir vinos involucra la plantación de las viñas, la cosecha o recolección de los frutos, el prensado, la clarificación o depuración del líquido, la fermentación y el envejecimiento en barricas de roble. En este sentido, la calidad del vino, depende directamente de la uva, del suelo, del clima, y de controlar cada una de las etapas de elaboración.
El vino es simplemente un jugo de uvas fermentadas, en palabras técnicas, “un producto obtenido exclusivamente por la fermentación alcohólica de uvas recién recolectadas”. Pero lo importante para los enólogos, en el proceso de elaboración, es que la uva contenga altos contenidos de azúcar (glucosa y fructosa principalmente), ya que esto le permite obtener el alcohol necesario en la fermentación.
La recolección de estos racimos se hace, preferiblemente, de manera manual. Seguidamente, se procede a prensar las uvas, reposar y filtrar sus jugos. Finalmente, el líquido obtenido es envejecido en barricas de roble, tanques de acero y en la misma botella con la intención de desarrollar sus aromas y sus sabores.
Blancos
Los vinos blancos son las bebidas más delicadas y refrescantes elaboradas a partir de las uvas. Por eso, a pesar de que los vinos tintos son los preferidos por el público internacional, un paladar exigente sabe reconocer la calidad y valorar los aromas de estos exquisitos placeres. Irónicamente, el nombre que reciben los vinos blancos no corresponde con sus verdaderos colores.
Estas hermosas bebidas transparentes, de tonalidades doradas, amarillas y verdosas, han logrado traspasar todas las barreras para situarse entre las mejores del mundo. Y, al igual que los vinos espumantes, en la actualidad son muy recomendadas por su bajo contenido calórico.
Proceso
El vino blanco puede ser elaborado tanto con uvas verdes como rosadas o tintas. Lo importante es que el jugo o mosto no entre en contacto con la piel u hollejo de la uva. Por eso, luego de prensar y extraer el jugo, se separa de las pieles y se somete a un proceso de decantación o reposo que ayuda a eliminar toda impureza.
Elegir y servir

El vino blanco va con todo, es decir, se puede tomar en cualquier ocasión, bien sea solo o acompañado con la comida. Su sabor varía notablemente y, de acuerdo con ello, se pueden servir como aperitivos o acompañantes de comidas. En algunos países como Chile o Argentina, son comúnmente mezclados con frutas como duraznos y chirimoyas o guanábanas para crear unas frescas combinaciones de verano.
Los vinos blancos son refrescantes porque se degustan fríos, pero es importante resaltar que no se deben tomar helados. Para gozar de las fragancias y los aromas del vino blanco, es ideal degustar los blancos secos a 9 °C y los blancos en madera a 12 °C. Cuando sirvas el vino blanco, procura que el líquido no sobrepase los dos tercios de la copa, de esta manera los vapores aromáticos podrán recorrer la copa con mayor fluidez.
Si bien la penicilina cura a los hombres, el vino los hace felices.
Alexander Fleming. Científico e inventor de la penicilina
(Escocia, 1881 - Inglaterra, 1955)
Rosados
Al igual que ocurre con los vinos blancos, el nombre de estos vinos no hace mérito a su verdadero color. Y aunque por su aspecto parece ser un vino dulce, muchos vinos rosé son secos. La región de Navarra en el norte de España es la que más produce este tipo de vinos en el mundo.

Muchos piensan que no existen rosados de excelente calidad, pero la realidad es que muchos enólogos han logrado óptimos resultados para estos vinos. Cabe citar la reciente producción argentina, que sorprende con unos delicados rosados, con base en su cepa emblemática: la uva Malbec. Los rosados son ideales para comidas agridulces, como la asiática, algunos pescados y para numerosos postres, sobre todo los que llevan lácteos en su composición.
Proceso
Estos vinos se producen empleando uvas verdes, rosadas y tintas, pero a diferencia del vino blanco, el mosto o jugo que es fermentado siempre tiene un leve contacto con las pieles u hollejos de la uva. Esa breve maceración otorga tonalidades que van desde el rosado tenue hasta un color más tinto, luego este jugo se prensa y se filtra.
Elegir y servir
Al igual que los vinos blancos, son muy pocos los vinos rosados que se envejecen en barricas, así que también es preferible consumirlos del año y a buena temperatura. Lo ideal es entre 9 °C y 12 °C, sirviendo dos tercios de la copa.
El vino, cuando se bebe con inspiración sincera,
sólo puede compararse al beso de una doncella.
Nicanor Parra. Escritor chileno, exponente de la antipoesía
Favorito de los conocedores gracias a su complejidad, presenta generalmente mucha intensidad en sus sabores. Su potencia alcohólica y su capacidad de envejecimiento son las grandes características que lo hacen tan deseable para quien comienza en este apasionante mundo.
Proceso
El color y sabor que caracteriza a estos vinos se debe a que los jugos antes de ser prensados reposan con la piel de las uvas. Los pequeños ajustes en el proceso de elaboración son los que hacen la diferencia. Si el jugo de las uvas permanece por más tiempo en contacto con su piel, el vino será más oscuro y tendrá más taninos, ya que esos componentes químicos que se encuentran en la piel de las uvas son los responsables del color, aroma y sabor del vino, además de sus diversos beneficios para la salud.
En Europa y otras latitudes es común consumir los tintos a temperatura ambiente, sobre todo en invierno; sin embargo, en países tropicales lo ideal es refrescarlo. Mi consejo: en climas cálidos consumirlos preferiblemente entre 18 °C y 22 °C.
Más adelante profundizaremos en las claves para dejarlos respirar y así explorar en sus sabores y aromas. Por ahora podemos decir que, como recomendación general, los vinos más añejos deben reposar abiertos al menos 30 minutos antes de su degustación, mientras que los tintos jóvenes y frescos pueden servirse inmediatamente.
El vino templa los espíritus y adormece las preocupaciones, revive nuestras alegrías y proporciona aceite a la efímera llama que es la vida. Si bebemos con moderación, el vino destila hacia nuestros pulmones como el rocío de la mañana, no viola nuestra razón, sino que nos lleva a una dulce alegría.
Sócrates, Filósofo precursor de Platón y Aristóteles
(Atenas, 470 a.C. - 399 a.C.)
Espumantes
Se han convertido en el vino símbolo de alegría y fiesta en cualquier lugar del planeta al momento de brindar, pues desde el instante de su descorche, cuando esa pequeña explosión retumba en el salón, todos saben que ha comenzado la celebración, y ya una vez en las copas, sus burbujas refrescan y maravillan al mismo tiempo.
Muchas personas siguen llamando champañas a todos los espumantes, pero en la actualidad sólo se puede denominar así al espumante producido en la región francesa de Champagne, al oeste de París. Este tipo de acuerdo institucional, relacionado con la denominación de origen, es decir con la identificación del lugar de procedencia, se aplicó también a bebidas similares a la francesa producidas en otros países. Por ejemplo, las desarrolladas en España se denominan “Cava”, las alemanas “Sekt”, las estadounidenses “Sparkling Wine” y las demás deberían llamarse simplemente “Espumantes”.

Los espumantes son vinos, que al igual que los blancos, se elaboran con uvas blancas o tintas y que contienen gran cantidad de burbujas de dióxido de carbono que se desprenden al destapar la botella.
El método tradicional o Champenoise, empleado para realizar la segunda fermentación, consiste en volver a envasar el vino en la botella, agregarle levaduras con azúcar, taparlo y dejarlo en posición horizontal durante meses, e incluso años, a bajas temperaturas.
Luego se les extrae el sedimento que se forma en la botella, y el licor perdido se reemplaza por licor de expedición. Existe otro método llamado charmat, pero en este caso la segunda fermentación no se realiza en la botella sino en grandes depósitos.
Elegir y servir
Para abrir un espumante o champaña, sujeta el corcho con la mano izquierda y gira lentamente la botella con la mano derecha. Una vez abierta la botella, vierte el líquido lentamente para apreciar mejor el bouquet.
A la hora de consumir cualquier tipo de espumante, es importante enfriarlo lo más lentamente posible. Coloca la botella en la parte menos fría de la nevera y, al momento de servir, traspásala a un recipiente con hielo y agua para lograr un golpe de frío agradable. Procura que la botella llegue entre los 6 °C y los 9 °C.
Para maridar o combinarlos con comidas, ten en cuenta que estas bebidas son excelentes aperitivos, y que van muy bien con preparaciones de sabores delicados.
Mariby Pérez López
Fotografía Carlos Gawronski/Producción Esther Mendoza
Agradecimientos
Agradezco muy especialmente a las empresas : Casa Oliveira, Francisco Dorta, Calidad del sur, Viña Millaman, Bodegas el Cóndor, Valdivieso, Canepa, Supermercados Unicasa y Proveedores de licores Prolicor. Por el aporte de productos e imágenes de viñedos, vendimias y bodegas.
Agradezco los valiosos aportes de: Erick Medrano, Diego Meyer, Nerio Bracho e Ivo Ferreira.
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