martes, 12 de junio de 2012

“Joie de Vivre” Alegría de vivir ... A la Francesa!


Desde  el  instante  mismo de  su  descorche,  cuando  esa  pequeña explosión retumba en el salón, todos saben que ha comenzado la celebración, y ya una vez en las copas, las burbujas nos contagian de alegría, refrescando y maravillando el ánimo. Una botella de vino  espumante es  símbolo de alegría y celebración, en cualquier  lugar del planeta ya sea en una cita romántica, festejos familiares o el cierre de negocios importantes, al decir brindis, pensamos en burbujas.

Los espumantes  son vinos, que al  igual que  los blancos, se  elaboran  con  uvas  blancas  o  tintas  y  que  contienen gran cantidad de burbujas de dióxido de carbono que se desprenden al destapar la botella.

Aunque muchas personas  en el mundo, siguen  llamando champañas a  todos  los espumantes, cabe destacar que sólo se puede denominar así al espumante producido en la región francesa de Champagne, al oeste de París.  La denominación de “champagnes” no puede ser utilizada para designar espumantes elaborados en cualquier parte del mundo, ni tan siquiera a los espumantes de extraordinaria calidad que se producen en otras regiones francesas. La celosa “denominación de origen controlada” hace que los vinos espumantes que se presenten como champán o champaña o en francés champagne, sean sólo los  elaborados conforme al método “champenoise" en la región de Champaña, Francia. Este tipo de acuerdo institucional, relacionado con la identificación del lugar de procedencia, se aplicó también a bebidas similares a la francesa producidas en otros países. Por ejemplo,  las desarrolladas en España  se denominan “Cava”, las alemanas “Sekt”, las estadounidenses “Sparkling Wine”. Los expertos del mundo coinciden en llamar a este género de vinos simplemente “Espumantes”.



Y es precisamente a  los extraordinarios “vinos espumantes” franceses y particularmente a las presentaciones de la  Veuve du Vernay a quienes quiero referirme en este artículo. Las variedades de esta marca llegan respaldada por el prestigioso grupo vitivinícola Patriarche, cuyas grandiosas bodegas se ubican en la ciudad de Beaune, reconocida como la capital de los vinos de la Borgoña francesa. Tanto la cava, como la Mansión e incluso la filosofía Patriarche, es el reflejo sin duda, de lo que han llamado el “estilo de vida francés”: sofisticación, espontaneidad, romanticismo y elegancia.



  
En la visita de conocimiento y mercadeo de la marca, realizada del 23 al 27 de Mayo del 2.012, gracias la empresa venezolana Francisco Dorta, pude compartir, junto a las delegaciones comerciales de Brasil, Panamá, Puerto Rico, Colombia, chile y Ecuador, el proceso de producción de estos extraordinarios vinos espumantes.

Los enólogos de la casa Patriarche, cuya experiencia es reconocida mundialmente, son los encargados de elegir y seleccionar las cepas de los viñedos en la borgoña  para la elaboración de lo que llaman “vin de base” o vino de base. Son parcelas y parcelas de uvas, que crearán a partir de las combinaciones y mezclas exactas, ese conjunto de sabores y aromas inolvidables de sus espumantes.

Uno de los  secretos bien guardados de Veuve du Vernay es la solución compuesta de levaduras, agentes clarificantes y azúcar, denominada  “liqueur de tirage” o  licor de tiraje,  que según  Didier Lachaux, Director de Desarrollo de producto en Patriarche, contiene los nutrientes y enzimas precisos para provocar la segunda fermentación que vivirá el vino, desencadenando la formación de las famosas burbujas. Según Lachaux, los vinos elegidos por la empresa,  ya  se presentan como vinos de extraordinaria calidad, antes de experimentar esta  segunda y transformadora etapa de vino a espumante.  



Este experto  responsable de nuestro recorrido por las instalaciones de la “fábrica” nos ilustró frente a los tanques, acerca del  método Charmat, donde en lugar de fermentar en botella, el vino vive su segunda fermentación (para convertirse en espumante) en estos inmensos recipientes de acero inoxidable, cada uno alberga unos 200.000 litros de vino, que se mantendrá oculto en su tonel por el tiempo necesario y que una vez transformado y burbujeante, con la calidad de la marca, será embotellado a través de un extraordinario e impecable proceso, donde pocos los seres humanos intervienen, ya que la tecnología de punta de la industria embotelladora es notable.




 Tradicional


 En el desarrollo de la producción, existe también el espacio para la línea Veuve du Vernay  fermentada bajo método tradicional o “Champenoise”, este  método, reconocido como la forma más antigua para realizar la segunda fermentación, consiste en envasar el vino en botellas, agregarle la “mezcla secreta Patriarche” (licor de tiraje)  sellarlas  y dejarlas reposar  durante meses, e incluso años, envejeciendo a bajas temperaturas hasta alcanzar la plenitud. Sabiamente y en el momento preciso se extraerá  el sedimento que se forma en cada  botella, y el licor perdido se reemplaza por licor de expedición y estarán listas para recorrer el mundo en sus distintas presentaciones como los más finos vinos espumantes de Francia.
 


Veuve Du Vernay Brut Rosé

 

Aunque el 100% Chardonnay sparkling wine es  

la estrella de esta jornada extraordinaria, comenzaré por describir el espumante que robó mi corazón y que espero prontamente encontrar en los anaqueles de Venezuela, hablo del El Veuve Du Vernay Brut Rosé,
elaborado a partir de las cepas Syrah, Cinsault y Grenache.

  

No sé qué dicen los expertos, a mí,  este espumante me transporta delicada y glamorosamente al romance francés, el conjunto del agradable tono que conquista la vista, el fresco aroma de los frutos rojos que se aprecia agradablemente en nariz, evocando con sutileza las frambuesas y las fresas de la campiña y el tacto de las perladas burbujas que acarician el paladar resultan un poema.  Aunque como acompañante de postres que contengan frutos del bosque combinaría extraordinariamente, la verdad es que yo lo recomiendo solo, pues una copa de este equilibrado espumante rosado, puede ser más que protagonista para cualquier ocasión.




Veuve Du Vernay Chardonnay

Por su parte, la cepa Chardonnay es originaria de la Borgoña Francesa, esta uva vigorosa y resistente, produce uno de los vinos blancos más distinguidos del mundo. Sin extremos duros de acidez excesiva, seco y con cuerpo. El espumante hecho exclusivamente a partir de esta famosa cepa de la zona, promete a todos los mercados ser el espumante embajador de lo que llaman "...el estilo de vida francés". Si el rosé nos invitaba a las frutas rojas, este espumante nos traslada al mundo vibrante de los frutos amarillos, aunque su estilo podría parecer clásico,  los aromas y burbujas que impregnan intensamente los sentidos, nos invitan a la modernidad y la sofisticación.

 

Mis recomendaciones para elegir y servir espumantes

 

Una vez abierta la botella, vierte el líquido lentamente para apreciar mejor el bouquet.  En  la  actualidad,  existen  accesorios que permiten  volver a  sellar  estas botellas, para que  el  líquido no pierda  sus aromas y burbujas.




A  la hora de consumir cualquier  tipo de espumante, es importante enfriarlo lo más lentamente posible. Coloca la botella en la parte menos fría de la nevera y, al momento de servir, traspásala a un recipiente con hielo y agua para lograr un golpe de frío agradable. Por mi parte, procuro que la botella llegue entre los 6 °C y los 9 °C.

Para combinarlos con comidas, ten en cuenta que  estas  bebidas  son  excelentes  aperitivos,  y  que  van muy bien con preparaciones de sabores delicados.

Los vinos espumantes combinan de manera exquisita con quesos blandos, pastas con mariscos y ciertos pescados como el dorado o el mero y  mariscos crudos, así como ensaladas de verano y postres de sabores delicados, especialmente si son cremosos.

 Un asunto Personal
Los más versados expertos en vinos suelen apreciar, distinguir y explicar las diferencias entre los vinos, para mí, la relación con cada botella de vino es intima, personal, intransferible, por lo tanto mis apreciaciones, así como las de cualquier otro ser humano, estarán siempre preñadas de preferencias, memorias, maneras de degustar y disfrutar esta bebida, rica en  matices; así que la osadía de describir estos elixires, no son  más que el espejo de mi experiencia, la de ustedes, mis lectores, puede ser completamente opuesta o quizás nos sorprendan las coincidencias, en cualquiera de estos casos, será muy divertido comparar las vivencias, por lo tanto, cuando prueben las presentaciones de Veuve Du Vernay no dejen de escribirme.



Mariby Pérez L.


martes, 24 de enero de 2012

De la vid a la botella

El amor es como el vino, y como el vino también, a unos reconforta y a otros destroza.
Stefan Sweig, revolucionario escritor austríaco
(Viena, 1881 - Brasil, 1942)

Producir vinos involucra la plantación de las viñas, la cosecha o recolección de los frutos, el prensado, la clarificación o  depuración  del  líquido,  la  fermentación  y  el  envejecimiento en barricas de roble. En este sentido, la calidad del vino, depende directamente de la uva, del suelo, del clima, y de controlar cada una de las etapas de elaboración.



El  vino  es  simplemente  un  jugo  de  uvas  fermentadas, en  palabras  técnicas,  “un  producto  obtenido  exclusivamente por  la  fermentación alcohólica de uvas  recién recolectadas”. Pero lo importante para los enólogos, en el proceso de elaboración, es que la uva contenga altos contenidos de azúcar (glucosa y fructosa principalmente), ya que esto le permite obtener el alcohol necesario en la fermentación.

La recolección de estos racimos se hace, preferiblemente, de manera manual.  Seguidamente,  se  procede  a  prensar las uvas, reposar y filtrar sus jugos. Finalmente, el líquido obtenido es envejecido en barricas de  roble,  tanques de acero y en la misma botella con la intención de desarrollar sus aromas y sus sabores.



Blancos

 
Los vinos blancos son las bebidas más delicadas y refrescantes  elaboradas  a  partir  de  las  uvas.  Por  eso,  a  pesar de que los vinos tintos son los preferidos por el público internacional,  un  paladar  exigente  sabe  reconocer  la  calidad  y  valorar  los  aromas  de  estos  exquisitos  placeres. Irónicamente, el nombre que reciben los vinos blancos no corresponde con sus verdaderos colores.

Estas hermosas bebidas transparentes, de tonalidades doradas, amarillas y verdosas, han logrado traspasar todas las barreras para  situarse  entre  las mejores del mundo. Y,  al igual que los vinos espumantes, en la actualidad son muy recomendadas por su bajo contenido calórico.



Proceso

El vino blanco puede ser elaborado tanto con uvas verdes como  rosadas o  tintas.  Lo  importante  es que  el  jugo o mosto no entre en contacto con la piel u hollejo de la uva. Por eso, luego de prensar y extraer el jugo, se separa de las pieles y se somete a un proceso de decantación o reposo que ayuda a eliminar toda impureza.



Elegir y servir

A diferencia de los vinos tintos de calidad, es mejor tomar los vinos blancos del año. Sólo algunos pocos, de manera excepcional,  son  sometidos  a  envejecimiento en barricas de roble.



El vino blanco va con todo, es decir, se puede tomar en cualquier  ocasión,  bien  sea  solo  o  acompañado  con  la comida.  Su  sabor  varía  notablemente  y,  de  acuerdo  con ello,  se  pueden  servir  como  aperitivos  o  acompañantes de  comidas. En  algunos países  como Chile o Argentina, son comúnmente mezclados con frutas como duraznos y chirimoyas o guanábanas para crear unas frescas combinaciones de verano.



Los  vinos  blancos  son  refrescantes  porque  se  degustan fríos, pero es importante resaltar que no se deben tomar helados. Para gozar de las fragancias y los aromas del vino blanco, es  ideal degustar  los blancos secos a 9 °C y  los blancos en madera a 12 °C. Cuando sirvas el vino blanco, procura que el líquido no sobrepase los dos tercios de la copa, de esta manera los vapores aromáticos podrán recorrer la copa con mayor fluidez.



Si bien la penicilina cura a los hombres, el vino los hace felices.
Alexander Fleming. Científico e inventor de la penicilina
(Escocia, 1881 - Inglaterra, 1955)


Rosados

Al igual que ocurre con los vinos blancos, el nombre de estos vinos no hace mérito a su verdadero color. Y aunque por  su  aspecto parece  ser un vino dulce, muchos vinos rosé son secos. La región de Navarra en el norte de España es la que más produce este tipo de vinos en el mundo.

Muchos piensan que no existen rosados de excelente calidad, pero la realidad es que muchos enólogos han logrado óptimos resultados para estos vinos. Cabe citar la reciente producción argentina, que sorprende con unos delicados rosados, con base en su cepa emblemática: la uva Malbec. Los rosados son ideales para comidas agridulces, como la asiática, algunos pescados y para numerosos postres, sobre todo los que llevan lácteos en su composición.



Proceso

Estos vinos se producen empleando uvas verdes, rosadas y tintas, pero a diferencia del vino blanco, el mosto o jugo que es fermentado siempre tiene un leve contacto con las pieles u hollejos de  la uva. Esa breve maceración otorga tonalidades que van desde el rosado tenue hasta un color más tinto, luego este jugo se prensa y se filtra.




Elegir y servir

Al  igual que  los vinos blancos, son muy pocos  los vinos rosados que  se envejecen en barricas,  así que  también es preferible consumirlos del año y a buena temperatura. Lo ideal es entre 9 °C y 12 °C, sirviendo dos tercios de la copa.

El vino, cuando se bebe con inspiración sincera,
sólo puede compararse al beso de una doncella.
 Nicanor Parra. Escritor chileno, exponente de la antipoesía


Tintos

Favorito de los conocedores gracias a su complejidad, presenta generalmente mucha  intensidad en sus sabores. Su potencia alcohólica y su capacidad de envejecimiento son las grandes características que lo hacen tan deseable para quien comienza en este apasionante mundo.

 El tinto es de color rojo porque es elaborado con uvas de tonos rojizos que pueden variar del púrpura al rojo pálido. Además, gracias a los taninos que contienen la piel u hollejo y combinado con el de las semillas, los vinos tintos de calidad logran mejorar notablemente con los años.

 Los  vinos  tintos  varían  sus  estilos  más  que  los  blancos, en parte porque  las uvas  rojas  son muy diferentes unas de otras. Pero además, porque los productores han perfeccionado  las  técnicas y mezclas para sus vinos, así como los cocineros siguen innovando las recetas en sus preparaciones.


Proceso

El color y sabor que caracteriza a estos vinos se debe a que los jugos antes de ser prensados reposan con la piel de las uvas. Los pequeños ajustes en el proceso de elaboración  son  los que hacen  la diferencia. Si el  jugo de las uvas permanece por más tiempo en contacto con su piel, el vino será más oscuro y tendrá más taninos, ya que esos componentes químicos que se encuentran en la piel de las uvas son los responsables del color, aroma y sabor del vino, además de sus diversos beneficios para la salud.

 Elegir y servir

En Europa y otras latitudes es común consumir los tintos a temperatura ambiente, sobre todo en invierno; sin embargo, en países tropicales lo ideal es refrescarlo. Mi consejo: en climas cálidos consumirlos preferiblemente entre 18 °C y 22 °C.



Más  adelante  profundizaremos  en  las  claves  para  dejarlos  respirar y  así explorar en  sus  sabores y  aromas. Por ahora podemos decir que, como recomendación general, los vinos más añejos deben reposar abiertos al menos 30 minutos antes de su degustación, mientras que los tintos jóvenes y frescos pueden servirse inmediatamente.



El  vino  templa  los  espíritus  y  adormece  las  preocupaciones, revive nuestras alegrías y proporciona aceite a la efímera llama que es la vida. Si bebemos con moderación, el vino destila hacia nuestros pulmones como el rocío de la mañana, no viola nuestra razón, sino que nos lleva a una dulce alegría.
Sócrates, Filósofo precursor de Platón y Aristóteles
(Atenas, 470 a.C. - 399 a.C.)


Espumantes

Se han convertido en el vino símbolo de alegría y fiesta en cualquier  lugar del planeta al momento de brindar, pues desde  el  instante  de  su  descorche,  cuando  esa  pequeña explosión retumba en el salón, todos saben que ha comenzado la celebración, y ya una vez en las copas, sus burbujas refrescan y maravillan al mismo tiempo.

 De  todos  los espumantes,  sin duda el más  famoso es el champaña, no sólo por su calidad sino porque además es el vino espumante más antiguo del mundo.

 Algunos expertos en vinos y espumantes opinan que el método para elaborar estas bebidas no fue creado por el monje benedictino Pérignon en el siglo XVII, pues existía una técnica similar mucho más antigua. Pero lo que nadie pone en duda, es que él perfeccionó el método de hacer vinos blancos de uvas negras, dominó el arte de mezclar vinos de distintas uvas e incorporó como avance técnico el uso generalizado de la botella de vidrio y el tapón de corcho.

Muchas personas  siguen  llamando champañas a  todos  los espumantes, pero en la actualidad sólo se puede denominar así al espumante producido en la región francesa de Champagne, al oeste de París. Este tipo de acuerdo institucional, relacionado con la denominación de origen, es decir con la identificación del lugar de procedencia, se aplicó también a bebidas similares a la francesa producidas en otros países. Por ejemplo,  las desarrolladas en España  se denominan “Cava”, las alemanas “Sekt”, las estadounidenses “Sparkling Wine” y las demás deberían llamarse simplemente “Espumantes”.

 Proceso

Los espumantes  son vinos, que al  igual que  los blancos, se  elaboran  con  uvas  blancas  o  tintas  y  que  contienen gran cantidad de burbujas de dióxido de carbono que se desprenden al destapar la botella.

El método tradicional o Champenoise, empleado para realizar la segunda fermentación, consiste en volver a envasar el vino en la botella, agregarle levaduras con azúcar, taparlo y dejarlo en posición horizontal durante meses, e incluso años, a bajas temperaturas.



Luego se les extrae el sedimento que se forma en la botella, y el licor perdido se reemplaza por licor de expedición. Existe otro método llamado charmat, pero en este caso la segunda fermentación no se realiza en la botella sino en grandes depósitos.



Elegir y servir

Para  abrir  un  espumante  o  champaña,  sujeta  el  corcho con la mano izquierda y gira lentamente la botella con la mano derecha. Una vez abierta la botella, vierte el líquido lentamente para apreciar mejor el bouquet.

 En  la  actualidad,  existen  accesorios que permiten  volver a  sellar  estas botellas, para que  el  líquido no pierda  sus aromas y burbujas.

A  la hora de consumir cualquier  tipo de espumante, es importante enfriarlo lo más lentamente posible. Coloca la botella en la parte menos fría de la nevera y, al momento de servir, traspásala a un recipiente con hielo y agua para lograr un golpe de frío agradable. Procura que la botella llegue entre los 6 °C y los 9 °C.


Para maridar o combinarlos con comidas, ten en cuenta que  estas  bebidas  son  excelentes  aperitivos,  y  que  van muy bien con preparaciones de sabores delicados.


Mariby Pérez López

Fotografía Carlos Gawronski/Producción Esther Mendoza
Agradecimientos
Agradezco muy especialmente a las empresas : Casa Oliveira, Francisco Dorta, Calidad del sur, Viña Millaman, Bodegas el Cóndor, Valdivieso, Canepa, Supermercados Unicasa y  Proveedores de licores Prolicor. Por el aporte de productos e imágenes de viñedos, vendimias  y bodegas.
 Agradezco los  valiosos aportes de:  Erick Medrano, Diego Meyer, Nerio Bracho e Ivo Ferreira.

La uva, una gran Familia

El hombre debe al vino, ser el único animal que bebe sin sed.
Plinio. Escritor latino, científico y naturalista
(Grecia, 0023 - 0079)


Existen más de  15.000 variedades de uvas o cepas. Pero todas ellas proceden de la evolución secular de una sola especie de vid útil para la vinificación sobre la tierra: Vitis vinífera.


 Pese a esta gran variedad de uvas, sólo unas pocas pueden transformarse  en  vinos  de  calidad.  Por  ello,  los  agrónomos  con  especialidad  en  enología  son  las personas más indicadas  para mantener  y  desarrollar  las  uvas  o  cepas que pueden evolucionar en el  tiempo, y generar aromas extraordinarios en el paladar.

Guillermo Vargas, enólogo venezolano y agrónomo especializado en viticultura comenta que “las cepas existentes en  la actualidad  tienen entre dos mil y  tres mil años de antigüedad. Sin embargo, con el tiempo, los seres humanos desarrollaron métodos y técnicas que han permitido adaptar mejor estas cepas a los suelos, climas y paladares contemporáneos”.

Foto Carlos Gawronski/Producción Esther Mendoza
 La Vitis vinífera, que es la uva utilizada en la elaboración de vinos, presenta un alto grado de taninos (compuestos astringentes y amargos) en su hollejo y semillas, además de una gran concentración de azúcares, mientras que la uva de mesa presenta una baja acidez y es pobre en azúcares. A simple vista, gracias a sus tamaños, es fácil diferenciarlas, ya que la uva de mesa es de mayor tamaño.

                                                                                                                                                  Mariby Pérez López

Un elixir de los Dioses

El vino siembra poesía en los corazones.
Dante Alighieri. Poeta y autor de La Divina Comedia
(Italia, 1265 - 1321)

Se  cree  que  hace  6.000  años  los  sumerios  fueron  los primeros en notar el efecto que produce el alcohol en el cuerpo humano. Los agricultores de esta legendaria civilización, situada entre los ríos Tigris y Éufrates, se dieron cuenta  que  consumir  el  jugo  fermentado  de  uva  podía desencadenar una magnífica euforia.

Sigue  siendo un  enigma  el país y  la  época  en  la que  se originó la vinicultura; aunque importantes investigaciones  señalan a Egipto, 4500 a.C., como su lugar de origen.

En recientes expediciones se encontraron pepitas de uvas y  restos  de  ácido  tartárico  en  unas  ruinas  ubicadas  en Chipre  con más  de  5.000  años  de  antigüedad.  En  una entrevista publicada en el Semanario de Chipre, la arqueóloga italiana María Rosaria Belgiorno confirmó haber encontrado dos jarras usadas para el vino e incluso semillas de las uvas.


También se sabe que los egipcios fabricaban vinos desde hace más de tres mil años, por restos arqueológicos encontrados en los jarrones que adornaban algunas tumbas de sus faraones.

Sin  embargo,  aún  se  siguen  encontrando  datos  arqueológicos  que  abren  nuevas  teorías.  Lo  cierto  es  que,  en antiguas obras literarias, autores como Homero, el poeta griego de la Antigüedad clásica, hacen referencia al vino y a sus efectos en los hombres.

                                                                                                                                                     Mariby Pérez López